Si todos tuviéramos un botón de reinicio, no nos preocuparíamos por nada, pasaríamos de todo, todo nos parecería bien y nunca nos acordaríamos de lo que hemos hecho, por lo tanto daría igual si fuera bueno o malo, no lo recordaríamos. Nunca tendríamos prisas por nada, no seríamos como ese conejito blanco con su reloj que va corriendo a todos lados, daría igual si llegásemos tarde, nadie se acordaría, no dependeríamos de una persona, objeto o cualquier otra cosa, solo de nosotros mismos, queremos olvidar esto, pues pulsas el botón, no existirían recuerdos buenos o malos, no existiría nada.
Si todos tuviéramos un botón de reinicio, todos los momentos buenos de la vida se perderían, no aprenderías de los malos, olvidarías a las personas importantes para ti, las que siguen con nosotros o las que se han ido, no existirían para ti. Vive cada día como si fuera el último, sin preocuparte de si la cagas o lo solucionas, si está bien o mal, si es bueno o malo, sé egoísta y piensa en ti.
Dedicado a Miriam Andrada Avila por la idea del conejito blanco. Te quiero
Si todos tuviéramos un botón de reinicio, todos los momentos buenos de la vida se perderían, no aprenderías de los malos, olvidarías a las personas importantes para ti, las que siguen con nosotros o las que se han ido, no existirían para ti. Vive cada día como si fuera el último, sin preocuparte de si la cagas o lo solucionas, si está bien o mal, si es bueno o malo, sé egoísta y piensa en ti.
Dedicado a Miriam Andrada Avila por la idea del conejito blanco. Te quiero
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