Hay palabras que por mucho que estén deseando salir de nuestra boca, tienen miedo al exterior y prefieren quedarse dentro escondidas, donde nadie las pueda ver u oír.
Deciden quedarse en lo más profundo antes que enfrentarse y decir realmente su verdadero significado. Son tímidas y difíciles de persuadir, cabezotas y testarudas y nada ni nadie serán capaces de hacerlas entrar en razón y realmente, son esas palabras las que valen la pena, las verdaderas y las que importan, las que todo el mundo debería de decir, las que no se tienen que esconder si no las que deben escribirse en una pancarta y ser anunciadas.
Deciden quedarse en lo más profundo antes que enfrentarse y decir realmente su verdadero significado. Son tímidas y difíciles de persuadir, cabezotas y testarudas y nada ni nadie serán capaces de hacerlas entrar en razón y realmente, son esas palabras las que valen la pena, las verdaderas y las que importan, las que todo el mundo debería de decir, las que no se tienen que esconder si no las que deben escribirse en una pancarta y ser anunciadas.
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