Amistades.

Cuando eres "mayor" te das cuenta de los giros tan grandes e inesperados que da la vida. Cuando eras pequeña siempre había la típica  niñita que se metía contigo y como no, su séquito de caniches detrás. Se metían contigo por ser demasiado ancha o delgada, porque vestías ortera o demasiado colorido, porque llevabas un sombrero o una gorra, porque tus pantalones eran de campana o pitillos... porque pasabas de ellas y estaban aburridas. A esa edad decías que esa niña era una pija malcriada con la que nunca te ibas a volver a juntar y ahora es una de tus mejores amigas. Es esa amiga en la que puedes confiar, la que sabes que es una de las pocas personas que van a estar siempre para ayudarte en todo lo que necesites, que si alguien se mete contigo, te va a defender a muerte y si estás mal no va a parar de intentar hacerte reír. Esas son las buenas amistades.