Es increíble como en un solo día puede cambiar tanto las cosas, las personas e incluso como una persona a la que quieres tanto, puede irse, sin ni siquiera decir un adiós y sabes, que nunca más la vas a volver a ver.
Justo en ese momento, un vacío te invade por dentro que se apodera de tu cuerpo y hace que tus piernas empiecen a temblar y quieran correr sin ningún rumbo ni sentido, solo quieren correr lejos de allí, lejos de esa persona a la que no vas a volver a ver, solo, quieren correr.
Tus ojos comienzan a derramar lágrimas, formando pequeños ríos de agua salada por tus mejillas, que acaban estancándose en el guequito de tú garganta, para recordarte por qué lloras una y otra vez, haciéndote derramar más y más lagrimas, haciéndote sentir culpable por no haberte podido despedir de esa persona a la que tanto vas a anelar.
Tu mente se queda en el último instante que pasaste con esa persona y de repente, empiezan a fluir recuerdos como un torrente de agua, uno tras otro, todos y cada uno de los momentos vividos y todos, son buenos porque, te das cuenta que incluso los malos momentos, eran buenos por el simple hecho de estar junto a ella.
Recuerda cada risa y llanto, sonrisa o enfado, caricia o guantazo, pero todos, TODOS son buenos para ti.
TE QUIERO MUCHO ABUELO.
Aprovecha el tiempo con aquellas personas a las que quieres, porque llegará un momento, en el que no las vuelvas a ver.
Esta entrada está dedicado a mi abuelo Emilio Serrano.
Justo en ese momento, un vacío te invade por dentro que se apodera de tu cuerpo y hace que tus piernas empiecen a temblar y quieran correr sin ningún rumbo ni sentido, solo quieren correr lejos de allí, lejos de esa persona a la que no vas a volver a ver, solo, quieren correr.

Tu mente se queda en el último instante que pasaste con esa persona y de repente, empiezan a fluir recuerdos como un torrente de agua, uno tras otro, todos y cada uno de los momentos vividos y todos, son buenos porque, te das cuenta que incluso los malos momentos, eran buenos por el simple hecho de estar junto a ella.
Recuerda cada risa y llanto, sonrisa o enfado, caricia o guantazo, pero todos, TODOS son buenos para ti.
TE QUIERO MUCHO ABUELO.
Aprovecha el tiempo con aquellas personas a las que quieres, porque llegará un momento, en el que no las vuelvas a ver.
Esta entrada está dedicado a mi abuelo Emilio Serrano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario